El duelo entre el Athletic Club y el Celta de Vigo, disputado a las 16:15 horas en el mítico estadio de San Mamés, fue un enfrentamiento lleno de emociones en el que ambos equipos dejaron todo en el campo. Con una afición local entregada, el Athletic saltó al césped con la clara intención de hacerse con el control del partido desde el primer minuto, mientras que el Celta, conocido por su estilo de juego dinámico, también mostró sus armas desde el inicio.
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Durante los primeros compases del encuentro, el Athletic Club intentó imponer su juego físico y su intensidad en las jugadas a balón parado. Los leones buscaron aprovechar la fortaleza de su delantera y la velocidad por las bandas para generar peligro en la portería del Celta. Sin embargo, el conjunto visitante, bien posicionado en defensa, logró neutralizar los intentos de los locales, mientras que Iago Aspas lideraba el ataque celeste con su experiencia y visión de juego, creando las primeras ocasiones para los de Vigo.
A medida que avanzaba la primera mitad, el Celta comenzó a encontrar más espacios y a desplegar su fútbol de posesión, llegando con peligro al área rival. El mediocampo vigués, liderado por Gabri Veiga, empezó a tomar las riendas del partido, lo que permitió al equipo visitante tener más oportunidades de cara al gol. No obstante, la defensa del Athletic, comandada por Iñigo Martínez, se mantuvo firme, evitando que el marcador se moviera antes del descanso, y ambos equipos se fueron a los vestuarios con el empate a cero.
El segundo tiempo trajo consigo un cambio de ritmo, con un Athletic Club mucho más agresivo en ataque, alentado por su afición. Los locales buscaron sorprender desde los primeros minutos, y un remate de cabeza de Iñaki Williams estuvo a punto de abrir el marcador, pero el guardameta del Celta, Iván Villar, realizó una espectacular parada que mantuvo el empate. El Celta, sin embargo, no se echó atrás y siguió apostando por su juego combinativo, lo que provocó que el partido se volviera de ida y vuelta, con oportunidades para ambos lados.
En los minutos finales, la tensión creció en San Mamés. Ambos equipos sabían que un gol podría decidir el encuentro y se volcaron al ataque. El Athletic tuvo una gran oportunidad tras un disparo desde fuera del área de Muniain que rozó el poste, mientras que el Celta estuvo cerca de marcar tras un rápido contraataque que Iago Aspas no logró concretar por muy poco. La afición local vivió los últimos minutos con nerviosismo, pero el gol no llegó para ninguno de los dos equipos.
Con el pitido final, el marcador reflejó un empate sin goles que deja a ambos equipos con sensaciones encontradas. El Athletic Club, que estuvo cerca de romper la igualdad en varias ocasiones, lamenta no haber conseguido los tres puntos en casa, mientras que el Celta se lleva un empate valioso de un campo complicado. Con este resultado, tanto el Athletic como el Celta deberán seguir mejorando en las próximas jornadas para alcanzar sus objetivos en la temporada.